Investigan como posible femicidio y suicidio la muerte de los policías en Orán

La muerte de Erica Quispe de 27 años y Humberto Darío Choque de 36, está siendo investigada bajo la figura de femicidio seguido de suicidio. Según las primeras versiones, los policías tenían una relación amorosa. Los oficiales perdieron la vida a causa de heridas de bala en un hecho que conmocionó a la fuerza y a la comunidad.

El suceso ocurrió en la noche del miércoles en una sede penitenciaria de calle Bustamante, cuando la suboficial, de 27 años, fue atacada con herida de bala en el ingreso de la sede. Falleció en el lugar a causa de una grave herida de arma de fuego. El otro efectivo, de 36 años, que también presentaba una lesión en la cabeza, fue trasladado de urgencia al hospital local, pero murió dos horas después. Ambos prestaban servicio en la Subdirección de Drogas Peligrosas de esa localidad.

FEMICIDIO EN EL TIPAL: LA VIOLENCIA DE GÉNERO EN SALTA, UNA TRÁGICA REALIDAD

Los informes preliminares de la autopsia realizada por el Cuerpo de Investigaciones Fiscales (CIF) confirmaron que las dos víctimas presentaban heridas de bala. El informe reveló que la mujer falleció por un shock hipovolémico producido por una lesión en la aorta, mientras que el hombre recibió un disparo en la cabeza. Fuentes judiciales señalaron que no se encontraron signos de defensa en el cuerpo de la mujer, lo que refuerza la principal hipótesis de la fiscalía.

La fiscal penal María Soledad Filtrín Cuezzo, a cargo de la causa, aplicó de inmediato el protocolo de femicidio, que presume este tipo de delito en toda muerte violenta de una mujer, incluso si se tratara de un aparente suicidio. Para garantizar la transparencia de la investigación, la fiscal ordenó la intervención de la Policía Federal para la custodia de la escena, dado que las víctimas pertenecían a la fuerza provincial.

La trágica noticia ha generado un profundo pesar en la institución policial y en la sociedad oranense. Las muertes de los dos policías vuelven a poner sobre la mesa el tema de la violencia de género, un flagelo que atraviesa todos los sectores sociales y que, en esta ocasión, golpea con brutalidad dentro de la propia fuerza de seguridad. El caso resuena en toda la provincia y reabre un doloroso debate sobre cómo la violencia machista sigue cobrando vidas, incluso en los ámbitos que deberían garantizar la seguridad.