El sacerdote Gabriel Romanelli, párroco argentino de la Iglesia de la Sagrada Familia en Gaza, resultó herido tras un bombardeo israelí que causó tres muertes. Aseguró que no fue un disparo fortuito, como sostienen fuentes militares.

El último refugio católico en Gaza fue blanco de un misil israelí

El jueves pasado por la noche, un misil impactó de lleno contra la Iglesia de la Sagrada Familia, el último templo católico activo en Gaza. El ataque dejó al menos tres muertos y quince heridos, entre ellos el cura argentino Gabriel Romanelli, quien sufrió una herida leve en una pierna. La iglesia había funcionado como refugio de emergencia para cerca de 500 personas desde el inicio del conflicto.

Romanelli, quien reside en Gaza desde hace varios años, habló con medios religiosos desde el enclave y rechazó la versión del Ejército de Israel que calificó el bombardeo como "un disparo fortuito".

“Fue un impacto directo. No fue un error. Pegó en el frente del templo, que es de piedra. Las esquirlas hirieron a varias personas. Esto fue una explosión, y se ve claramente”, declaró.

Según su testimonio, el ataque ocurrió poco después de una reunión en su despacho. “Me acerqué a tomar unos mates con una joven que vino a ayudar y entonces se escuchó la explosión”, relató.

La cruz que resistió el bombardeo y el rol de Francisco

Uno de los elementos simbólicos que sobrevivió al ataque fue la cruz de piedra ubicada en la entrada del templo. "Con una piedra, la cruz se salvó", contó el sacerdote, visiblemente conmovido. La imagen se transformó en un emblema de la resistencia de la comunidad cristiana local, golpeada por la violencia del conflicto.

El cardenal Pierbattista Pizzaballa, Patriarca Latino de Jerusalén, confirmó que Romanelli está entre los heridos y reclamó explicaciones al gobierno israelí. También el papa León XIV expresó su pesar. En un telegrama firmado por el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano, el pontífice manifestó su "profunda tristeza" y reiteró su pedido urgente de cese al fuego.

Un hecho a destacar es que Romanelli mantenía una cercana relación con el papa Francisco. Durante los primeros meses de la guerra, mantenían contacto casi diario por videollamada o mensaje. En esos intercambios, Francisco preguntaba por la situación de los refugiados y ofrecía palabras de consuelo. El vínculo pastoral se sostuvió hasta poco antes del fallecimiento del pontífice argentino, en abril de 2025.

Aumenta la presión internacional por una tregua

El bombardeo a la Iglesia Católica incrementó la presión diplomática para alcanzar una tregua en la región. Las negociaciones entre Israel y Hamas, mediadas por Egipto, Qatar y Estados Unidos, continúan sin resultados concretos. Sin embargo, voceros israelíes afirmaron que hubo "avances significativos".

En tanto, Gabriel Romanelli permaneció en Gaza asistiendo a los heridos y refugiados. "Estoy bien, lo de la pierna fue una infección menor", aseguró, aunque admitió el fuerte impacto emocional que dejó el ataque. La Iglesia de la Sagrada Familia, históricamente un espacio de contención espiritual, quedó gravemente dañada, aunque no destruida por completo.

El hecho refleja una escalada más en la violencia que atraviesa Gaza, donde la guerra ha causado miles de víctimas y una devastación sin precedentes. Esta vez, el golpe alcanzó directamente a la reducida comunidad católica de la Franja y conmovió también a la Argentina.