ESCÁNDALO EN ROSARIO DE LERMA

En una nueva ola de escándalos que parecen ser la norma y no la excepción en la gestión del Intendente Enrique Martínez, los residentes de Rosario de Lerma se encuentran una vez más en medio de lo que podría ser un acto de corrupción flagrante. Esta mañana, medios locales compartieron una fotografía en la que se vería al camión municipal de electricidad trabajando en la empresa privada perteneciente a la hermana del Intendente Martínez.

Este escándalo se suma a la ya extensa lista de controversias y actos cuestionables que han marcado la administración de Martínez. Si la corrupción fuera un arte, Martínez estaría cerca de ser un Picasso, con cada escándalo pintando un cuadro más oscuro y sombrío de la administración pública en Rosario de Lerma.

La empresa en cuestión, que ya ha estado bajo el escrutinio público por las sospechas de adquirir combustible y aceites del municipio de manera cuestionable, se ve ahora inmersa en una controversia más profunda. Se descubrió que aparentemente utilizaría maquinaria municipal para refaccionar parte de su publicidad estática que se muestra ostentosamente en la calle con el cartel de YPF. 

Esta no es la primera vez que el Intendente Martínez se encuentra en el ojo del huracán. Su gestión ha sido marcada por una serie de irregularidades y prácticas cuestionables que han llevado a los ciudadanos a cuestionar la integridad y transparencia de su administración. La reiterada falta de ética y moralidad en la conducción de los asuntos públicos ha generado un profundo descontento entre los residentes, quienes claman por la justicia y la rendición de cuentas.

Ahora, la pregunta que retumba en las calles de Rosario de Lerma es clara y directa: ¿intervendrá la justicia en este nuevo episodio de corrupción, o se convertirá en otro capítulo de una saga de impunidad? Los ciudadanos, cansados y frustrados, esperan un cambio, una señal de que la integridad y la justicia aún tienen un lugar en su amado municipio.

La transparencia en la administración pública no es una opción, es un imperativo. Y en el caso de Martínez, parece ser un concepto ajeno y distante. Los residentes de Rosario de Lerma merecen más; merecen una administración que se conduzca con integridad, que valore la confianza pública y que esté libre de la corrupción.