GALLEGUILLOS SE SUMA AL ESPACIO DE BETO CASTILLO, FUNCIONARIO DEL GOBIERNO DE LA PROVINCIA

Griselda Galleguillos lo hizo otra vez. La actual diputada provincial de Rosario de Lerma, que hasta hace poco acusaba al gobernador Gustavo Sáenz de corrupción y lo ridiculizaba en declaraciones públicas, ahora se suma a su equipo dentro del Frente Salteño Liberal, un espacio encabezado por Alberto "Beto" Castillo, funcionario del gobierno provincial.

¿Quién es Alberto Castillo y por qué responde a Sáenz?

El Frente Liberal Salteño está liderado por Alberto “Beto” Castillo, un exmiembro del PRO que actualmente ocupa el cargo de presidente de REMSa (Recursos Energéticos y Mineros de Salta S.A.), una empresa estatal dependiente del gobierno provincial. Castillo es, en términos claros, un funcionario de Gustavo Sáenz, lo que convierte a su frente en una estructura política funcional al oficialismo, más allá del discurso que intenten instalar sus integrantes.

REMSa es la empresa estatal salteña encargada de administrar y explotar los recursos mineros y energéticos de la provincia. Su directorio está compuesto por funcionarios nombrados por el gobierno, lo que significa que ningún titular de REMSa puede desempeñar su rol sin responder a la conducción política de la provincia. En este contexto, el "Frente Liberal Salteño" no es un espacio independiente del gobierno provincial de Salta.

IDAS Y VUELTAS DE GALLEGUILLOS

Su historial de cambios políticos es extenso. Trabajó junto a Nacho Jarsún, Manuel Cornejo (hoy preso por la corrupción que tanto critica) luego con Sergio "Topo" Ramos,  donde no solo fue parte de su equipo sino que también fue candidata en su espacio. Después se alejó y lo criticó para luego sumarse a las filas de Enrique Martínez, el cuestionado ex intendente de Rosario de Lerma. Más tarde, se alineó con Alfredo Olmedo y La Libertad Avanza, para terminar denunciando que en Ahora Patria no le daban reconocimiento. Y ahora, su nuevo hogar político está al lado de quienes tanto atacó: Gustavo Sáenz y el gobierno de la Provincia de Salta. 

En sus declaraciones, intenta justificar su salida del partido de Olmedo diciendo que la relación con Carlos Zapata y Emilia Orozco no funcionaba. Sin embargo, su trayectoria demuestra que su lealtad política depende más de sus propias aspiraciones personales que de convicciones reales. Pasó de cuestionar a Sáenz a formar parte de un espacio que responde directamente al oficialismo provincial.

¿UNA FALSA LUCHA CONTRA LA CORRUPCIÓN?

Apenas lleva un año como diputada y ya está pensando en el próximo cargo que va a ocupar. Quiere ser senadora en tres meses e intendenta en tres años, sin haber demostrado hasta ahora ningún proyecto o gestión relevante en la banca que ocupa. Galleguillos más preocupada por su futuro político que por trabajar en el presente, ya ha aclarado que busca ser Senadora en estas elecciones e Intendenta luego, habiendo transcurrido tan solo un año de los cuatro que dura su mandato como Diputada. 

Su nuevo alineamiento con Sáenz llega en un contexto donde el oficialismo busca sumar aliados estratégicos en la Legislatura. Aunque ella insiste en que seguirá siendo "oposición constructiva", su incorporación a un frente compuesto por funcionarios del gobierno provincial deja en evidencia una clara dependencia al oficialismo.

Sin gestión, pero con ambiciones

Más allá de su discurso sobre representar a los vecinos de Rosario de Lerma, su paso por la Legislatura no deja proyectos significativos ni beneficios concretos para la comunidad. Su estrategia política se ha basado en cambiar de espacios cuando siente que su protagonismo se diluye, sin construir un camino sólido basado en el trabajo legislativo.

La gran pregunta es: ¿hasta cuándo seguirá cambiando de bando antes de mostrar resultados reales? Si en apenas un año pasó de un espacio a otro, ¿qué le impedirá volver a dar otro salto si el viento sopla en otra dirección?

Galleguillos sigue su propio juego. Hoy está con Sáenz, mañana quién sabe.