Aumento del 2,38% en el precio de combustibles

2 de diciembre de 2024

Desde la medianoche del domingo, los precios de los combustibles en Argentina registraron un nuevo incremento del 2,38%, afectando a los consumidores de manera generalizada. La petrolera estatal YPF fue la primera en aplicar la suba, que también impacta significativamente en la provincia de Salta, donde se actualizaron los valores para todos los productos. Este ajuste representa el segundo aumento consecutivo tras un breve respiro en octubre, consolidando una tendencia alcista que continúa golpeando los bolsillos de los ciudadanos.

En la provincia, los precios actuales en estaciones de YPF muestran incrementos en todas las categorías de combustibles:

Nafta Súper: pasó de $1.126 a $1.153, con un aumento del 2,40%.
Nafta Infinia: subió de $1.356 a $1.388, representando un alza del 2,36%.
Diésel 500: avanzó de $1.171 a $1.199, registrando un incremento del 2,39%.
Infinia Diésel: alcanzó los $1.419 desde los $1.386, lo que equivale a un 2,38% más.

Desde el inicio de 2024, el precio de los combustibles ha acumulado un aumento promedio del 94,75%. Este nivel de incremento refleja las dificultades económicas enfrentadas por los consumidores, que además deben lidiar con una inflación generalizada y una devaluación constante de la moneda.

En este marco, la actualización de precios de diciembre responde a un acuerdo entre el Gobierno Nacional y las principales petroleras del país en el contexto del programa "Precios Justos". Dicho programa busca estabilizar el mercado, permitiendo ajustes controlados para no desbordar los costos en un contexto ya complejo para la economía.

Sin embargo, a pesar de estos esfuerzos, las subas han generado malestar en diversos sectores, desde consumidores particulares hasta transportistas y pequeñas empresas, quienes argumentan que el impacto se traslada inevitablemente a los precios de bienes y servicios.

Los ciudadanos salteños expresaron su preocupación por la continua escalada de precios, especialmente en las naftas y diésel, que son esenciales para actividades cotidianas y laborales. Los sectores del transporte y la logística, en particular, han señalado que estos incrementos tienen un efecto cascada que afecta la cadena de suministro, encareciendo productos básicos.

“El combustible sigue subiendo, pero nuestros ingresos no lo hacen al mismo ritmo. Esto no es sostenible”, afirmó Carlos Romero, conductor de transporte de cargas en Salta.

Por otro lado, empresarios agrícolas de la región, quienes dependen en gran medida del diésel, señalaron que los aumentos complican aún más las operaciones en el sector, ya de por sí golpeado por las adversidades climáticas y financieras.

Aunque el Gobierno Nacional busca mantener los precios bajo control a través de acuerdos con las petroleras, especialistas advierten que las tensiones económicas podrían derivar en nuevos ajustes en los próximos meses. Con un acumulado cercano al 95% de aumento en 2024, el combustible se mantiene como un factor clave en la dinámica inflacionaria del país.

El aumento más reciente pone de relieve las dificultades estructurales de la economía argentina, mientras los consumidores, productores y transportistas intentan adaptarse a un contexto cada vez más desafiante.