Salta: 10 jóvenes dieron brutal golpiza a otros 2 

10 de abril de 2024

Un nuevo acto de violencia despiadada ha estremecido a la localidad de General Mosconi, en la provincia de Salta. A tan solo cuatro años del brutal asesinato de Fernando Báez Sosa, la comunidad se ve nuevamente sacudida por la barbarie de un grupo de individuos que no dudaron en intentar acabar con la vida de dos adolescentes.

El sábado por la madrugada, alrededor de las 5 a.m., dos jóvenes retornaban a sus hogares después de haber asistido a una fiesta de quince años en el salón La Casona, ubicado entre las calles Urquiza y 20 de Febrero, a escasos metros del departamento policial. Lo que debería haber sido una vuelta tranquila se convirtió en una pesadilla cuando una patota de aproximadamente diez personas los rodeó y comenzó a agredirlos salvajemente.

Los informes indican que los atacantes propinaron golpes, patadas y azotes con cinturón a las víctimas indefensas, quienes se vieron superadas en número y fuerza. Uno de los jóvenes relató a medios locales que, pese a los intentos de los agresores por separarlos, decidió defender a su amigo, lo que desencadenó una oleada aún más violenta de golpes.

Las imágenes desgarradoras de la agresión fueron capturadas por un testigo que llegó al lugar en moto y posteriormente entregadas al fiscal penal de Tartagal, Pablo Cabot, quien lleva a cabo la investigación del caso. En los vídeos se puede escuchar cómo una de las agresoras insta a sus cómplices a cesar el ataque, declarando que uno de los jóvenes ya estaba "muerto".

Uno de los adolescentes, gravemente herido en el rostro, la cabeza y el cuerpo, confesó que llegó a perder el conocimiento durante la paliza, lo que, paradójicamente, podría haber salvado su vida, ya que los agresores presumieron que estaba muerto y cesaron los ataques.

A pesar de los gritos desesperados de las víctimas, el ataque continuó sin que ninguna autoridad policial interviniera, a pesar de encontrarse la comisaría más cercana a escasos metros del lugar de los hechos. Solo la intervención fortuita de dos adolescentes que también habían asistido a la fiesta logró detener la brutalidad momentáneamente.

El abuelo de uno de los jóvenes agredidos lamentó profundamente lo sucedido y denunció públicamente a una mujer mayor de edad como instigadora de la violencia, acusando a su hija de ser cómplice activa en el ataque, llegando incluso a intentar romper una botella sobre la cabeza de uno de los chicos.

Este horrendo suceso evoca inevitablemente el trágico asesinato de Fernando Báez Sosa en 2020, recordando a la sociedad argentina la persistencia de la violencia irracional entre los jóvenes, un fenómeno que, lejos de disminuir, parece perpetuarse en nuestras calles. Es imperativo que se tomen medidas urgentes para prevenir estos actos de barbarie y garantizar la seguridad de todos los ciudadanos, especialmente de los más jóvenes.